domingo, 31 de mayo de 2015

Palabras ahogadas, palabras muertas

¿Por qué acalló sus palabras?
¿Por qué se ahogo con ellas?
Preguntaban las personas del pueblo,
la soledad iba y venía, hacia con ella lo qué quería
Nadie sabia lo qué le pasaba, era una persona alegre y ocurrente.
Pero, esa persona se fue desvaneciendo en la niebla
Si tan solo hubiera exclamado un suspiro que alcanzara
a dar entender sus deseos, una mínima señal de disconformidad.
Pero no, en su calmada actitud no se quejó siquiera de falta de amor
¡Funesto silencio, del cual se hizo dueña!
Pero, ¿como podría alguien que no conoce a quien se va, despedirse adecuadamente?
¡Oh tiempo que no nos permite disfrutar de lo excelente, sino que se nos escurre entre los dedos!
¡Oh vida, que no me dejas anhelar una felicidad adecuada!
¿Será qué alguien logra entender mis silencios?
¿Qué alma puede desenterrar los secretos de los muertos?

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